viernes, 10 de agosto de 2007

Cocodrilos, rotondas y camareros travestidos

Seguidores incondicionales, fans irredentos, gente de bien con poco que hacer,

Australia ya es historia, la hemos dejado atras sin alterar su ecosistema, sin hijos bastardos, intacta a excepcion de las habitaciones para mochileros,agradecidos de su hospitalidad y convencidos de que eso de los koalas es un invento para los ninyos. Si que hemos visto canguros, solo que los pobres espachurrados en las cunetas. Han sido dos dias de carretera y manta. Alquilamos un coche de juguete, casi un kart, automatico para garantizarnos frenadas rompecervicales, aunque nada comparado con habituarse a conducir por la izquierda, Alex casi se carga un retrovisor, yo casi me voy por un terraplen y entrar y salir de las rotondas ha supuesto el mayor deporte de riesgo hasta la fecha. Nos asomamos al outback, la zona boscosa salpimentada de termiteros, de carreteras por asfaltar, cruzadas a toda velocidad por camiones tren de mas de 50 mts de largo que te enviaban a la cuneta si no querias acabar como los pobres marsupiales. Uno tenia la conviccion de que de quedarse sin gasolina seria encontrado en forma de calavera polvorosa por una civilizacion alienigena de aqui 6789 anyos.
Al dia siguiente un Cocodrilo Dundee jubilado y capaz de detectar a cualquier representante del reino animal alla donde tu necesitas 25 minutos en empezar a darle forma organica nos llevo en su lanchita a ver cocodrilos, pajaritos, serpientes copulando y nos presento a un ermitanyo con el peinado mas horrendo que os podais imaginar, el cual vive de vender hierba, que cultiva su propia cerveza e imita a Thoreau en un refugio sin paredes en medio de la selva. Es misma noche cenamos en la preciosa localidad de Port Douglas, un agape estupendo, Barra Mundi al fin regado de un chardonnay exquisto. Uno de los camareros era un frances que habia hecho un Erasmus en Alcala de Henares, el otro, que ya tenia la pinta de julai, nos lo encontramos en un pub de Cairns cuatro horas y 70 kms despues disfrazado de mujer.
Hemos hecho footing por el puerto, desayunado tres dias seguidos huevos con tostadas, cruzado un rio en un ferry sin salir del coche por miedo a caernos y que nos merendara un cocodrilo, visto playas de ensuenyo donde uno no puede poner el pie porque se lo zamparian, perdido una llave, hecho una colada y leido a lasicos como Flaubert y Capote. Ahora nos esperan los fiordos, los glaciares, deportes de aventura, naturaleza salvaje y vaya usted a saber. Nueva Zelanda esta ahi afuera aguardandonos, por ahora solo sabemos que un taxi desde el aeropuerto al centro te cuesta unos 40 dolares, que tambien conducen por la izquierda y que el aeropuerto de Christchurch solo cuenta con dos cintas rodantes para escupir el equipaje. Os mantendremos informados de nuestros avances y retrocesos, de cuanto cuesta una barra de pan, de a que dedica el tiempo libre el presidente del palamento neozalendes y de si por aqui hay algun Zara. Os lo mereceis porque luhasis contra la caspa cuando aparece y porque estudiariais rumano si tuvierais tiempo.
Besos, abrazos...

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