lunes, 13 de agosto de 2007

A mi que McClane no me chulee

Modelos de rectitud, orgullos de vuestra raza, espiritus inquietos, contribuyentes al calentamiento global:

Si en NZ no hiciera tanto frio, si NZ no estuviera en la otra parte del mundo y vosotros tan lejos, si yo no fuera tan urbanita, si entendiera el rugby, si fuera un carnero necesitado de pastos infinitos o un fan de la saga de Tolkien, si no fuera por el Barsa y los cines Verdi, por la libreria Laie, por los congelados de la Sirena, el Turo Park, si no tuviera ya por la mano como aparcar en la Zona Verde y comprar entradas por Servicaixa..... NZ seria un gran pais en el que vivir. Christchurch, por ejemplo, acoge el salon de billares mas chulo que he pisado nunca, campos y mas campos de pulido cesped donde ejercitarse, unas pistas de squash con suelo de madera que te escupen de una tacada a los anyos 70, una companyia de alquiler de coches que te recoge en tu hotel y casi se despide de ti estampandote un beso en la frente... Como Pin y Pon ahora nos desplazamos en otro cochecito de juguete, solo que esta vez de un rosa metalizado que es una monada, no se yo (o quizas se demasiado bien) la impresion que dimos Alex y yo al ir a alquilarlo. Con el hicimos las cuatro horas que separan Christchurch de Queenstown por unas carreteras que se perdian en el infinto, delimitadas por campos inmensos donde pastaba un numero asombroso de cabezas de ganado, lagos de color azul turquesa, montanyas nevadas, arboledas... Solo llegar, movidos por un inminente estado de congelacion a los cinco minutos de deambular por una zona comercial a la andorrana, hicimos nuestra primera inmersion cultural hasta la fecha metiendonos en una multisala a ver a McClane haciendo de las suyas en Die Hard 4.0. Y como las machadas del susodicho nos picaron, decidimos que al dia siguiente no ibamos a ser menos hombres, de forma que hoy hemos empezado con una larga sesion de footing por un sendero con vistas sobrecogedoras al rio y a las montanyas y, previa parada para coger fuerzas con un fish and chips con mayonesa en el puerto (de cara a respetar la continuidad de nuestra dieta baja en grasas), hemos encadenado lancha supersonica, helicoptero y puenting. Sobre este ultimo: la impresion de una caida libre de 45 metros es sentir durante tres interminables segundos, a una velocidad de vertigo que va difuminando el entorno, que vas a abrazar la muerte aplastandote contra unas rocas. Se habla de chute de adrenalina, seguro, pero yo he salido temblando del impacto, contento del atrevimiento pero aturdido, una autentica locura. Satisfechos con nuestro diploma, hemos procedido a actividades menos suicidas como bajar con un trineo con ruedas por una pendiente asfaltada para toda la familia y el menda se ha dado un premio al coraje zampandose un chocolate caliente que le ha sabido a gloria. Manyana, si la climatologia es considerada, sobrevolaremos los fiordos en una avioneta. Todavia no sabemos porque hay tantisima comunidad asiatica tanto en A como en NZ, porque a la Coronita la llaman Corona, porque la gente asegura que aqui las descargas de agua de los lavabos giran en el sentido contrario al del resto del mundo cuando, porque si hemos pedido la sal nos quieren traer una ensalada... pero el resto esta saliendo a pedir de boca. Cuidaos hermanos y hermanas, sabed que el mundo es efectivamente grande y que la salvacion acecha por todas partes.
Besos, abrazos..

1 comentario:

Profesor Shorofsky dijo...

Hace días que no colgáis fotos! ¿Será que, efectivamente, hacéis cara de pareja que alquila coche rosa? También podiáis haber pedido de otro color o decir al dependiente: "Oiga, señor, creemos que se equivoca". Antes de que os guiñara el ojo. Entre Brokeback Mountain y Desafío Total, entre Priscilla y Máximo riesgo, Jackass y En el estanque dorado, Dos cabalgan juntos y Grupo Salvaje, el Casanova de Fellini y Mi Idaho privado, sigue esta aventura en la que todos nos proyectamos y sublimamos nuestro sedentarismo e inmovilismo. Pronto empezaremos a contar vuestras anécdotas como si fuesen nuestras, usurparemos vuestros recuerdos, nos pondremos como protagonistas de vuestras historias. Nos habéis llenado la cabeza con vuestros relatos entre la picaresca y la road movie, haciéndonos soñar que todavía tenemos oportunidad de cambiar y añadir nuevas experiencias a nuestros curriculum, huesos, alma, huevos y corazón. He disfrutado tantos con los triunfos como con los fracasos. Seguid probando, que el futuro es incierto, la VISA aún da de sí y el cuerpo todavía aguanta. Ala, a cascarla...